Estudios epidemiológicos en los Estados Unidos han reportado que el 75% de la población de entre 15 y 50 años estarán infectadas por el Virus de Papiloma Humano (VPH) durante su vida.
El 60% con infecciones transitorias, el 10% con infección persistente, el 4% con señales citológicas leves y el 1% con lesiones clínicas.
Se estima que cada año el VPH causa 500,000 nuevos casos de cáncer cérvicouterino. De los cuales el 80 %, ocurren en los países en desarrollo, donde los programas de detección no han sido implementados.
Las infecciones por VPH son también responsables de las verrugas genitales en 1 a 2 por ciento de los adultos jóvenes. Las verrugas genitales pueden causar disfunción sexual. La recurrencia es común y el tratamiento es doloroso y caro.
El manejo inicial e ideal de cualquier enfermedad transmisible es la prevención.
Detener su extensión es a través de una vacuna.
Por más de 50 años, la prueba de detección estándar ha sido el frotis por Papanicolau convencional. Es económico, no invasivo, rápido y ha servido bien a su propósito, pero lamentablemente el papanicolau no siempre logra detectar la presencia del virus del papiloma humano arrojando una alta tasa de falsos negativos y logrando detectar la presencia del virus solo luego de que ha ocurrido alteraciones citologicas, ósea alteraciones en las células del cervix.
El 60% con infecciones transitorias, el 10% con infección persistente, el 4% con señales citológicas leves y el 1% con lesiones clínicas.
Se estima que cada año el VPH causa 500,000 nuevos casos de cáncer cérvicouterino. De los cuales el 80 %, ocurren en los países en desarrollo, donde los programas de detección no han sido implementados.
Las infecciones por VPH son también responsables de las verrugas genitales en 1 a 2 por ciento de los adultos jóvenes. Las verrugas genitales pueden causar disfunción sexual. La recurrencia es común y el tratamiento es doloroso y caro.
El manejo inicial e ideal de cualquier enfermedad transmisible es la prevención.
Detener su extensión es a través de una vacuna.
Por más de 50 años, la prueba de detección estándar ha sido el frotis por Papanicolau convencional. Es económico, no invasivo, rápido y ha servido bien a su propósito, pero lamentablemente el papanicolau no siempre logra detectar la presencia del virus del papiloma humano arrojando una alta tasa de falsos negativos y logrando detectar la presencia del virus solo luego de que ha ocurrido alteraciones citologicas, ósea alteraciones en las células del cervix.