Entre 700.000 y 1.400.000 mujeres españolas, el 60% de aquellas sexualmente activas, están infectadas por el virus del papiloma humano (VPH), que puede presentarse de forma benigna y derivar en simples verrugas o estar directamente implicado en el cáncer de cuello uterino. Los expertos hacen un llamamiento a las mujeres para que no dejen de acudir a revisiones anuales para la detección y el tratamiento precoz de las lesiones que provoca este agente infeccioso.
El VPH pasa por varias fases hasta que deriva en una posible lesión. En un primer momento pasa totalmente desapercibido incluso en una citología, al estar metido en el núcleo de la célula. No se hace perceptible hasta que no comienza a producirse una descamación vaginal. En la mayoría de los casos la infección puede ser transitoria, haciéndose indetectable en 6 u 8 meses.
Ocasionalmente, la infección puede derivar en un crecimiento anormal del tejido -verrugas-, que en la mayor parte de los casos regresan espontáneamente. Sin embargo, cuando el virus no es eliminado, cierto número de células derivan hacia una displasia grave y carcinoma, la lesión más grave.
Los subtipos del VPH más frecuentes son el 6 y el 11, que producen condilomas benignos o formaciones verrugosas en los genitales externos. Los subtipos 16 y 18 están asociados a carcinomas. Según explicó el Dr. Ricardo Sáinz de la Cuesta, de la Universidad Autónoma de Madrid y médico adjunto de la Fundación Jiménez Díaz, el subtipo 16 se asocia en un 50% de los casos a cáncer de cuello uterino, en un 30% a adenocarcinomas y en un 80% a lesiones preinvasoras.
El subtipo 18 se asocia en un 25% de los casos a cánceres cervicales y sobre todo a adenocarcinomas agresivos, y no tienen relación con el desarrollo de lesiones preinvasoras.
El Dr. Santiago Palacios, director del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer, los grupos con más riesgo de infección son las mujeres jóvenes con una mayor actividad sexual, sobre todo si han tenido más de cinco parejas diferentes y fundamentalmente las que han practicado la prostitución o las que están tomando tratamientos inmunosupresores.
En la actualidad no existe un tratamiento para el la infección por el VPH, aunque sí para las lesiones que causa y que, según aseguró el Dr. Palacios, son fáciles de tratar. "El problema es que una vez que se tiene no se puede garantizar a la mujer que no va a tenerlo de nuevo, por lo que las mujeres crean una relación de mucha dependencia con el ginecólogo", explicó. En este marco, disminuir el nivel de ansiedad y mejorar su autoestima se convierten en dos prioridades.
El VPH pasa por varias fases hasta que deriva en una posible lesión. En un primer momento pasa totalmente desapercibido incluso en una citología, al estar metido en el núcleo de la célula. No se hace perceptible hasta que no comienza a producirse una descamación vaginal. En la mayoría de los casos la infección puede ser transitoria, haciéndose indetectable en 6 u 8 meses.
Ocasionalmente, la infección puede derivar en un crecimiento anormal del tejido -verrugas-, que en la mayor parte de los casos regresan espontáneamente. Sin embargo, cuando el virus no es eliminado, cierto número de células derivan hacia una displasia grave y carcinoma, la lesión más grave.
Los subtipos del VPH más frecuentes son el 6 y el 11, que producen condilomas benignos o formaciones verrugosas en los genitales externos. Los subtipos 16 y 18 están asociados a carcinomas. Según explicó el Dr. Ricardo Sáinz de la Cuesta, de la Universidad Autónoma de Madrid y médico adjunto de la Fundación Jiménez Díaz, el subtipo 16 se asocia en un 50% de los casos a cáncer de cuello uterino, en un 30% a adenocarcinomas y en un 80% a lesiones preinvasoras.
El subtipo 18 se asocia en un 25% de los casos a cánceres cervicales y sobre todo a adenocarcinomas agresivos, y no tienen relación con el desarrollo de lesiones preinvasoras.
El Dr. Santiago Palacios, director del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer, los grupos con más riesgo de infección son las mujeres jóvenes con una mayor actividad sexual, sobre todo si han tenido más de cinco parejas diferentes y fundamentalmente las que han practicado la prostitución o las que están tomando tratamientos inmunosupresores.
En la actualidad no existe un tratamiento para el la infección por el VPH, aunque sí para las lesiones que causa y que, según aseguró el Dr. Palacios, son fáciles de tratar. "El problema es que una vez que se tiene no se puede garantizar a la mujer que no va a tenerlo de nuevo, por lo que las mujeres crean una relación de mucha dependencia con el ginecólogo", explicó. En este marco, disminuir el nivel de ansiedad y mejorar su autoestima se convierten en dos prioridades.