Un nuevo trabajo de revisión resume la práctica actual en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de cuello uterino. Los autores también identifican dónde podría cambiar la práctica en el futuro cercano, y recomiendan prioridades de investigación.
Los investigadores, especialistas en oncología ginecológica de centros en Ginebra, Suiza y Laval, Canadá, basaron su revisión en una búsqueda de literatura de todos los artículos relevantes publicados desde 1966 hasta marzo de 2007. Estos incluían meta-análisis y revisiones sistemáticas. Su trabajo, publicado en British Medical Journal, discute brevemente las causas del cáncer cervical (con los tipos de alto riesgo de virus de papiloma humano (HPV) como la principal causa), cómo se expande, los síntomas, el diagnóstico y la patología.
Luego se centraliza en la estadificación, y señala que el sistema clínico de estadificación producido por la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) es la forma más ampliamente utilizada de clasificación. No obstante, señalan: “Las evidencias ahora muestran que la tomografía computada, las imágenes por resonancia magnética, la tomografía por emisión de positrones, y la estadificación quirúrgica son mejores que la estadificación clínica para identificar la verdadera extensión de la enfermedad. No obstante, ninguno de estos métodos ha sido incorporado aún al sistema de estadificación de FIGO”.
Los investigadores reconocen que existen buenas razones para que esto sea así: 1) Una razón es que los métodos de estadificación deben estar universalmente disponibles, estandarizados y ser comparables, inclusive en los países en desarrollo donde la carga de la enfermedad es la más alta y sin embargo hay menos posibilidades de que las nuevas tecnologías estén disponibles, y 2) Todavía hay falta de consenso sobre la mejor modalidad de imágenes y el valor de la estadificación quirúrgica.
Los investigadores continúan resumiendo el tratamiento de la enfermedad inicial (incluyendo el rol de la cirugía de conservación de la fertilidad, y la función de la biopsia de nódulos centinela para informar las decisiones terapéuticas) y la enfermedad en estadio avanzado. También examinan el control y el tratamiento de la enfermedad recurrente (que a menudo es incurable, con tasas de sobrevida a 5 años debajo del 5 por ciento).
Los investigadores, especialistas en oncología ginecológica de centros en Ginebra, Suiza y Laval, Canadá, basaron su revisión en una búsqueda de literatura de todos los artículos relevantes publicados desde 1966 hasta marzo de 2007. Estos incluían meta-análisis y revisiones sistemáticas. Su trabajo, publicado en British Medical Journal, discute brevemente las causas del cáncer cervical (con los tipos de alto riesgo de virus de papiloma humano (HPV) como la principal causa), cómo se expande, los síntomas, el diagnóstico y la patología.
Luego se centraliza en la estadificación, y señala que el sistema clínico de estadificación producido por la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) es la forma más ampliamente utilizada de clasificación. No obstante, señalan: “Las evidencias ahora muestran que la tomografía computada, las imágenes por resonancia magnética, la tomografía por emisión de positrones, y la estadificación quirúrgica son mejores que la estadificación clínica para identificar la verdadera extensión de la enfermedad. No obstante, ninguno de estos métodos ha sido incorporado aún al sistema de estadificación de FIGO”.
Los investigadores reconocen que existen buenas razones para que esto sea así: 1) Una razón es que los métodos de estadificación deben estar universalmente disponibles, estandarizados y ser comparables, inclusive en los países en desarrollo donde la carga de la enfermedad es la más alta y sin embargo hay menos posibilidades de que las nuevas tecnologías estén disponibles, y 2) Todavía hay falta de consenso sobre la mejor modalidad de imágenes y el valor de la estadificación quirúrgica.
Los investigadores continúan resumiendo el tratamiento de la enfermedad inicial (incluyendo el rol de la cirugía de conservación de la fertilidad, y la función de la biopsia de nódulos centinela para informar las decisiones terapéuticas) y la enfermedad en estadio avanzado. También examinan el control y el tratamiento de la enfermedad recurrente (que a menudo es incurable, con tasas de sobrevida a 5 años debajo del 5 por ciento).