El tiempo es importante en dos aspectos. La primera consideración es el intervalo entre la interrupción del suministro de sangre y la colocación del tejido en el fijador. Idealmente, el tejido debería ser colocado inmediatamente en fijador después de la extirpación quirúrgica, y las autopsias deberían ser realizadas inmediatamente después de la muerte. Cuanto mayor sea el tiempo entre la interrupción del suministro de sangre y la fijación, una mayor cantidad de cambios postmortem pueden ser demostrados microscópicamente.
La duración de la fijación también es importante. La tendencia actual de disminución de los tiempos previstos para la fijación está dando lugar a muchos problemas. Un tiempo de fijación adecuada es necesario para que el tejido no sea distorsionado por los pasos posteriores del procesamiento.
Un tejido que no a sido bien fijado no se procesa bien, y posteriormente, no se teñirá bien, de modo que un tiempo fijación adecuado es de primordial importancia para asegurarse obtener calidad.
Uno de los problemas que se puede generar es la observación de un burbujeo en la zona del núcleo que es comúnmente atribuido a la fijación con formalina sola, sin embargo, son atribuidos a las muestras que no han sido fijadas completamente antes de que la deshidratación comience. La formalina debería tener 6 a 8 horas para actuar antes de que el resto del itinerario del proceso haya empezado. Gran parte de la fijación que hoy en día se lleva a cabo ocurre en la deshidratación por alcoholes, porque no hay tiempo suficiente para permitir que la fijación ocurra en la solución fijadora.
Mientras el tejido debe quedarse en el fijador por una longitud de tiempo adecuada para que logre una buena fijación, el tejido no puede quedarse de manera indefinida en gran cantidad de fijadores. El tejido debe ser retirado de los fijadores como el glutaraldehído, Helly, Zenker, y Bouin, ser lavados si es indicado, y luego almacenado en una solución de almacenamiento apropiada.
Bibliografía
