Vanguardistas en materia productiva, los polos de desarrollo tecnológico al estilo de Silicon Valley son hoy fuente de innumerables oportunidades. Potenciadas por distintas compañías y entidades de conocimiento, en una estrecha vinculación que aporta incl
Siguiendo el ejemplo de uno de los mayores polos de desarrollo tecnológico que existen en el mundo -como lo es Silicon Valley en San Francisco, Estados Unidos-, distintos países se han dado cuenta de la importancia y los beneficios que trae la vinculación de un gran número de empresas con el conocimiento innovador. Esa inquietud los llevó a desarrollar proyectos que actualmente se reúnen en un gran parque tecnológico, las capacidades productivas de diversas compañías con el aporte en conocimiento de alta calidad de entidades tecnológicas.
Según explica Claudio Maggi, gerente de desarrollo de la Fundación Chile, los parques tecnológicos son localizaciones específicas que cuentan con una estructura idónea para acoger empresas y entidades vinculadas a actividades tecnológicas y a negocios innovadores. Señala que la importancia del emplazamiento de las entidades en estos polos de innovación, radica en que “para las empresas y entidades es clave el flujo de conocimiento y la consolidación de redes de recursos humanos. Por eso, la vecindad en torno a una localización física es importante, pasando a ser un factor que las empresas valoran al momento de instalarse”.
El experto comenta que los parques tecnológicos tienen un doble propósito, por un lado “atraer empresas que puedan servir de anclas para el despliegue de industrias tecnológicas en Chile” y, por otro, “generar una atmósfera muy favorable y propicia para el desarrollo de nuevos emprendimientos de características tecnológicas, ya que los emprendedores en esos parques están cerca de sus potenciales demandantes”, señala.
En el fondo, según comenta Maggi, un parque tecnológico es “un cluster localizado de capacidades tecnológicas y de innovación” que, al estar concentradas, hace que las empresas internacionales vean atractiva su instalación en él, situación que aporta también a la formación de nuevas compañías a partir de esas capacidades emprendedoras centralizadas en un solo lugar.
Por su parte, Marcelo Molina, jefe de proyecto del Parque Tecnológico de la Universidad de Concepción, añade que “la actividad principal que se realiza en los parques científico-tecnológicos es investigación y desarrollo, así como la producción de productos pero en empresas que no tienen chimenea, es decir, aquellas en que el insumo fundamental de las compañías y centros de investigación que allí se instalan es el conocimiento”.
Agrega que los polos de tecnología reúnen en un mismo lugar, capacidades de distinta naturaleza que “permiten la generación de conocimiento y facilitan la creación de puestos de trabajo de alta calificación, ya que la gente que trabaja en los parques es de mayoría con postgrado, lo que genera también un ambiente muy adecuado para que se potencien nuevas actividades y proyectos”, indica.
En materia de proyecciones, si bien el gerente de desarrollo de la Fundación Chile ve con buenos ojos la implementación en el país de estos polos de desarrollo al más puro estilo de Silicon Valley, es claro en señalar que, en ese sentido, se deben guardar las proporciones ya que ese modelo más que un parque tecnológico “es una región que tiene un gran tejido de empresas, que está principalmente vinculado al tema de tecnologías de información y comunicación, muy rico y muy dinámico”.
A juicio del directivo de dicha corporación, en Chile no existe la densidad para realizar un proyecto de la envergadura del estadounidense, aunque a lo que sí podemos optar, según señala, es a instalar un parque tecnológico, ya que estos se dan en una escala algo menor y más concentrada, aspecto que lo hace más factible de desarrollar.
Aporte al desarrollo y la economía del país
Según Maggi, el aporte que brindan los parques tecnológicos al país se traduce “en la posibilidad de que se instalen empresas con capacidades y con una oferta vinculada a tecnología y negocios con base en conocimiento, que de otra manera no se instalarían en el país”.
También para el ex directivo de Corfo, el aporte en materia económica que podrían realizar los parques tecnológicos es contundente, ya que “fortalecen las ramas de actividades que tienen que ver con negocios de mayor sofisticación, dinamismo e intensidad innovadora, mejoran también la capacidad de vinculación internacional en torno a esas industrias y pone a Chile en el mapa de las empresas de conocimiento y alto nivel tecnológico”.
La autoridad de la Universidad de Concepción, Marcelo Molina, comenta que de acuerdo a las experiencias que se han conocido en diferentes países respecto al desarrollo de los parques científicos y tecnológicos, tiene la convicción que estos “son el espacio productivo del futuro, ya que con el tiempo los lugares de producción van a estar centrados en ellos por el valor agregado que tienen”.
También un aspecto importante para el responsable del proyecto de la UDEC, es el que está relacionado con el aporte que se deriva de tener un gran número de profesionales altamente calificados trabajando íntegramente en un polo tecnológico como lo es un parque, ello, independiente de las utilidades que perciban las empresas que allí se instalan, se traduce en un amplio aporte económico que podría llegar a cambiar una región, en este caso la del Bío Bío.
Parques tecnológicos en Chile
En nuestro país, actualmente se desarrollan dos proyectos tecnológicos llevados a cabo por universidades del Consejo de Rectores. Por un lado, en la Región Metropolitana, la Universidad de Chile está implementando el Parque Científico y Tecnológico Carén, emplazamiento de más de mil hectáreas ubicado en la comuna de Pudahuel, y por otro, es el que está ejecutando la Universidad de Concepción en la región del Bío Bío.
Claudio Maggi comenta que la iniciativa de la Universidad de Chile está muy cerca de inaugurar la primera fase de su implementación y señala que ello corresponde a “un proyecto de alta envergadura, del tamaño aproximado de la comuna de Providencia y lo que se inauguraría a fines de este año o a principios del próximo, es la primera etapa”, y que según él “ya da pie para un importante esfuerzo y localización de empresas e instituciones de base tecnológica”.
En cuanto al de la Octava Región, Marcelo Molina, jefe de proyecto del parque tecnológico de la Casa de Estudios penquista, comenta que actualmente se está trabajando en la evaluación del estudio de factibilidad de la instalación que debe concluir en noviembre próximo.
“Esperamos tener un parque científico-tecnológico en el cual convivan empresas destinadas a investigar y desarrollar know how que después conduce a la generación de nuevos productos y servicios principalmente”, subraya Molina.
Maggi sostiene que hay otros planes con intensión de realizarse en la misma materia, dentro de los que señala uno de la Universidad del Norte y otro en la ciudad de Quillota, este último vinculado a empresas agroindustriales.
FUENTE: http://www.universia.cl/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=123546
Siguiendo el ejemplo de uno de los mayores polos de desarrollo tecnológico que existen en el mundo -como lo es Silicon Valley en San Francisco, Estados Unidos-, distintos países se han dado cuenta de la importancia y los beneficios que trae la vinculación de un gran número de empresas con el conocimiento innovador. Esa inquietud los llevó a desarrollar proyectos que actualmente se reúnen en un gran parque tecnológico, las capacidades productivas de diversas compañías con el aporte en conocimiento de alta calidad de entidades tecnológicas.
Según explica Claudio Maggi, gerente de desarrollo de la Fundación Chile, los parques tecnológicos son localizaciones específicas que cuentan con una estructura idónea para acoger empresas y entidades vinculadas a actividades tecnológicas y a negocios innovadores. Señala que la importancia del emplazamiento de las entidades en estos polos de innovación, radica en que “para las empresas y entidades es clave el flujo de conocimiento y la consolidación de redes de recursos humanos. Por eso, la vecindad en torno a una localización física es importante, pasando a ser un factor que las empresas valoran al momento de instalarse”.
El experto comenta que los parques tecnológicos tienen un doble propósito, por un lado “atraer empresas que puedan servir de anclas para el despliegue de industrias tecnológicas en Chile” y, por otro, “generar una atmósfera muy favorable y propicia para el desarrollo de nuevos emprendimientos de características tecnológicas, ya que los emprendedores en esos parques están cerca de sus potenciales demandantes”, señala.
En el fondo, según comenta Maggi, un parque tecnológico es “un cluster localizado de capacidades tecnológicas y de innovación” que, al estar concentradas, hace que las empresas internacionales vean atractiva su instalación en él, situación que aporta también a la formación de nuevas compañías a partir de esas capacidades emprendedoras centralizadas en un solo lugar.
Por su parte, Marcelo Molina, jefe de proyecto del Parque Tecnológico de la Universidad de Concepción, añade que “la actividad principal que se realiza en los parques científico-tecnológicos es investigación y desarrollo, así como la producción de productos pero en empresas que no tienen chimenea, es decir, aquellas en que el insumo fundamental de las compañías y centros de investigación que allí se instalan es el conocimiento”.
Agrega que los polos de tecnología reúnen en un mismo lugar, capacidades de distinta naturaleza que “permiten la generación de conocimiento y facilitan la creación de puestos de trabajo de alta calificación, ya que la gente que trabaja en los parques es de mayoría con postgrado, lo que genera también un ambiente muy adecuado para que se potencien nuevas actividades y proyectos”, indica.
En materia de proyecciones, si bien el gerente de desarrollo de la Fundación Chile ve con buenos ojos la implementación en el país de estos polos de desarrollo al más puro estilo de Silicon Valley, es claro en señalar que, en ese sentido, se deben guardar las proporciones ya que ese modelo más que un parque tecnológico “es una región que tiene un gran tejido de empresas, que está principalmente vinculado al tema de tecnologías de información y comunicación, muy rico y muy dinámico”.
A juicio del directivo de dicha corporación, en Chile no existe la densidad para realizar un proyecto de la envergadura del estadounidense, aunque a lo que sí podemos optar, según señala, es a instalar un parque tecnológico, ya que estos se dan en una escala algo menor y más concentrada, aspecto que lo hace más factible de desarrollar.
Aporte al desarrollo y la economía del país
Según Maggi, el aporte que brindan los parques tecnológicos al país se traduce “en la posibilidad de que se instalen empresas con capacidades y con una oferta vinculada a tecnología y negocios con base en conocimiento, que de otra manera no se instalarían en el país”.
También para el ex directivo de Corfo, el aporte en materia económica que podrían realizar los parques tecnológicos es contundente, ya que “fortalecen las ramas de actividades que tienen que ver con negocios de mayor sofisticación, dinamismo e intensidad innovadora, mejoran también la capacidad de vinculación internacional en torno a esas industrias y pone a Chile en el mapa de las empresas de conocimiento y alto nivel tecnológico”.
La autoridad de la Universidad de Concepción, Marcelo Molina, comenta que de acuerdo a las experiencias que se han conocido en diferentes países respecto al desarrollo de los parques científicos y tecnológicos, tiene la convicción que estos “son el espacio productivo del futuro, ya que con el tiempo los lugares de producción van a estar centrados en ellos por el valor agregado que tienen”.
También un aspecto importante para el responsable del proyecto de la UDEC, es el que está relacionado con el aporte que se deriva de tener un gran número de profesionales altamente calificados trabajando íntegramente en un polo tecnológico como lo es un parque, ello, independiente de las utilidades que perciban las empresas que allí se instalan, se traduce en un amplio aporte económico que podría llegar a cambiar una región, en este caso la del Bío Bío.
Parques tecnológicos en Chile
En nuestro país, actualmente se desarrollan dos proyectos tecnológicos llevados a cabo por universidades del Consejo de Rectores. Por un lado, en la Región Metropolitana, la Universidad de Chile está implementando el Parque Científico y Tecnológico Carén, emplazamiento de más de mil hectáreas ubicado en la comuna de Pudahuel, y por otro, es el que está ejecutando la Universidad de Concepción en la región del Bío Bío.
Claudio Maggi comenta que la iniciativa de la Universidad de Chile está muy cerca de inaugurar la primera fase de su implementación y señala que ello corresponde a “un proyecto de alta envergadura, del tamaño aproximado de la comuna de Providencia y lo que se inauguraría a fines de este año o a principios del próximo, es la primera etapa”, y que según él “ya da pie para un importante esfuerzo y localización de empresas e instituciones de base tecnológica”.
En cuanto al de la Octava Región, Marcelo Molina, jefe de proyecto del parque tecnológico de la Casa de Estudios penquista, comenta que actualmente se está trabajando en la evaluación del estudio de factibilidad de la instalación que debe concluir en noviembre próximo.
“Esperamos tener un parque científico-tecnológico en el cual convivan empresas destinadas a investigar y desarrollar know how que después conduce a la generación de nuevos productos y servicios principalmente”, subraya Molina.
Maggi sostiene que hay otros planes con intensión de realizarse en la misma materia, dentro de los que señala uno de la Universidad del Norte y otro en la ciudad de Quillota, este último vinculado a empresas agroindustriales.
FUENTE: http://www.universia.cl/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=123546